Junta y Cajalmendralejo firman un protocolo para el uso de 40 camas asistenciales en la Casa de la Misericordia "El Pilar", en Almendralejo

El presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, y el presidente de la Fundación Cajalmendralejo, Fernando Palacios González, han suscrito protocolo general de actuación que posibilita que la entidad financiera, propietaria de la Casa de la Misericordia "El Pilar", de Almendralejo, pone a disposición de la Sanidad extremeña 40 camas del centro y los servicios de atención correspondientes que serán financiado por la Administración regional acorde con la prestación requerida por los pacientes. Fernández Vara ha dicho durante su intervención tras la firma del protocolo que, una vez asumidas por la Junta las competencias del INSALUD Y del INSERSO, se ha posibilitado abordar de manera conjunta la atención sanitaria y social que antes se atendían separadamente, para lo que, cuando ha sido necesario, se han contratado servicios con centros fuera del ámbito público. En el caso del protocolo suscrito hoy, en la Casa de Misericordia El Pilar se atenderá a personas que tienen problemas de conducta cuyos comportamientos son incompatibles con su atención en el contexto domiciliario, hospitalario o asistencial, además de a aquellas personas que necesiten atención continuada debido a consecuencias de diversas enfermedades. Las camas concertadas se distribuyen en dos unidades: Unidad de Atención para personas con Trastorno Conductual que tendrá capacidad para 30 personas distribuidas en 3 unidades de convivencia, con capacidad de 10 personas cada una de ella; y la Unidad de Estado de Mínima Conciencia que tendrá capacidad para al menos 10 personas distribuidas en 1 unidad de atención. El protocolo pretende facilitar atención específica para personas que se encuentran en los diferentes recursos de atención de Extremadura, y que no consiguen adaptarse a la convivencia en los mismos debido a sus alteraciones conductuales, disminuir las hospitalizaciones de urgencia a las personas que tienen problemas conductuales, y que carecen en estos momentos de atención específica, evitar el desarraigo que supone buscar tratamientos específicos para los problemas conductuales fuera de Extremadura y dotar a las redes de atención, de una estructura que permita el tratamiento específico, temporal de problemas de conducta con el fin de facilitar la adaptación de las personas a los recursos ordinarios, así como de una estructura que permita el tratamiento específico, de largo tiempo de duración, de personas con estado de mínima conciencia por daño cerebral sobrevenido con criterios específicos de asistencia y calidad. Se trata, según el presidente de la Junta de aprovechar que Cajalmendralejo asumió en su día la gestión de la Casa de la Misericordia, para dar al centro un contenido asistencial, además del que ya tiene como residencia de mayores. Fernández Vara ha valorado que "en estos tiempos en que se discuten los beneficios" una entidad financiera como Cajalmendralejo no solo haya mantenido la financiación de ferias durante la pandemia, que en otro caso hubieran dejado de celebrarse, sino que también ha asumido esta vertiente social, lo que supone un buen ejemplo de que hay entidades que trabajan también en beneficio de la ciudadanía. Por su parte, el presidente de la Fundación Cajalmendralejo, Fernando Palacios ha agradecido la colaboración de la Administración regional al apoyar este proyecto y ha señalado que ahora que está muy en boga el concepto de responsabilidad social empresarial, Cajalmendralejo lo viene aplicando desde su fundación hace 120 años. Ha añadido que en el caso de la Casa de la Misericordia se ha hecho una importante inversión de recursos en beneficio de la comunidad y ha anunciado que, en breve, se hará público la empresa encargada de la gestión de las plazas incluidas en el protocolo. También han asistido a este acto la vicepresidenta primera y consejera de Hacienda y Administración Pública, Pilar Blanco-Morales, así como los directores gerentes del SES, Ceciliano Franco, y del SEPA; José Vicente Granado