Las últimas excavaciones en el castro vettón de Villasviejas del Tamuja avanzan importantes novedades para reconstruir su historia

Este año continúa el proyecto de investigación del Instituto de Arqueología-Mérida en colaboración con la Universidad de Extremadura y CICYTEX, financiado principalmente por la Junta de Extremadura


Fecha de publicación: 6/1/2025 12:53

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Las últimas excavaciones realizadas por investigadores del Instituto de Arqueología-Mérida (IAM-CSIC) en colaboración con la Universidad de Extremadura y CICYTEX en el castro vettón de Villasviejas del Tamuja avanzan importantes novedades para reconstruir su historia. Este año se prevén nuevos avances en el proyecto de investigación que lidera Victorino Mayoral, científico titular e investigador principal del del IAM-CSIC, que se inició en 2016 y que está financiado principalmente por la Junta de Extremadura, a través de sus planes regionales de I+D. Este otoño se ha desarrollado una nueva campaña de excavaciones en el castro vettón de Villasviejas del Tamuja (Botija, Cáceres), considerado como uno de los sitios arqueológicos más representativos y mejor estudiados de la protohistoria extremeña, cuya ocupación abarca desde el siglo IV hasta el I a.C, es decir la Segunda Edad del Hierro y la transición al período romano. En esta ocasión, los trabajos se han centrado en contrastar la información aportada por los sistemas no invasivos (prospección geofísica y teledetección) a fin de confirmar su interpretación histórica. En particular, se ha intervenido en dos puntos del yacimiento: la muralla del recinto Sur y la zona funeraria de El Mercadillo, localizada unos 300 metros al sur del castro. En el primer caso, la excavación se ha orientado a continuar documentando el acceso monumental al recinto amurallado, detectado con ayuda del georradar y que ya fue objeto de intervención en el verano del año pasado. Los resultados más destacables han sido la documentación de toda la secuencia de cambios que van desde la construcción de la muralla hasta su reaprovechamiento para crear los bancales para el cultivo. En la etapa de abandono de la fortificación se ha vuelto a registrar la presencia de construcciones que se superponen a la muralla y que se corresponden con la última etapa de vida del castro. Los materiales hallados sugieren que esa ocupación se produjo ya hacia finales del siglo I a. C, es decir, en los comienzos de la etapa imperial. En ese mismo contexto se ha recuperado una moneda con un valor muy singular. Se trata de un nuevo ejemplar de la emisión bilingüe de Tamusia. Este hallazgo confirmaría la autenticidad de estas monedas, que han sido objeto de un largo debate científico, reafirmando la identificación de Villasviejas con la antigua ciudad de Tamvsia. En el segundo caso, el objetivo ha sido comprobar la interpretación de un conjunto de datos de tipo no invasivo (LiDAR, magnetometría, georradar e inducción electromagnética) correspondientes al entorno más cercano del castro. Estos indicios delataban la presencia al Sur del mismo de una gran estructura artificial de planta rectangular y unas dimensiones de 112X122 m. que se superpone parcialmente a una de las necrópolis en las que se enterraba la población de este asentamiento. Los materiales arqueológicos recuperados en la zona permiten asegurar que esta estructura se fecharía en torno al inicio del siglo I a.C. Por esto, así como por su naturaleza (por ejemplo proyectiles de honda y ánforas romanas) concuerdan con los ya descubiertos en 2019/20 en el recinto Sur del castro y que atestiguan un evento bélico, seguramente acaecido en el contexto de las guerras sertorianas (72-82 a.C). Se trata de las mismas fechas que se relacionan con el incendio y abandono del campamento militar de Cáceres el Viejo. En este caso, los sondeos confirman que la estructura de Villasviejas estaba formada por un gran terraplén de pizarra picada, delimitado por una estructura con postes que fue incendiada, y un rebaje en la base rocosa. Estos elementos delimitan un recinto de 1,27 hectáreas, formando una meseta elevada de fácil defensa apenas 200 metros al Sur del castro. Barajamos la hipótesis de que este recinto, que era completamente desconocido hasta ahora, está también relacionado con ese momento de conflicto en Villasviejas y su entorno, quizás un campamento vinculado al asedio del asentamiento, algo que sugieren con fuerza los indicios de destrucción violenta documentados en las ya citadas excavaciones. Aunque los datos de la campaña están aún en estudio, podemos adelantar que estos resultados añaden importantes novedades para reconstruir la historia de Villasviejas en un momento clave de los cambios que provoca en las comunidades locales el impacto de la presencia romana. Por último, estos resultados ratifican el excelente estado de conservación de la muralla del recinto Sur. Todos estos elementos añaden aún más potencial del sitio como punto de atracción para el turismo cultural de la región. Los trabajos se han desarrollado gracias a la financiación de la Consejería de Educación, Ciencia y Formación Profesional de la Junta de Extremadura, con la colaboración del Ayuntamiento de Botija y la asistencia técnica de María Estévez Bizarro y Pedro Delgado Molina (Groma 2.0) con la supervisión científica de Victorino Mayoral.